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Hacia nueva normalidad es necesario modificar hábitos alimenticios

Redacción Cultura Vital

Los productos comestibles ultraprocesados, prácticamente al alcance de todos, se han constituido como un grave problema de salud pública en México, ya que su excesiva promoción y consumo ha derivado, entre otras cosas, en los altos índices de sobrepeso y obesidad que colocan al país como el segundo a nivel mundial, de acuerdo con las cifras de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).


Por otro lado, la Profesora en Nutrición en la Escuela Superior de Enfermería y Obstetricia (ESEO) del IPN, León Flores, lamentó que por décadas ha sido permitido el consumo excesivo de este tipo de alimentos con gran cantidad de azúcares, grasa, sodio y calorías, lo que ha provocado grandes cifras de obesidad, y como consecuencia de ello, diversas patologías relacionadas como diabetes, hipertensión y problemas cardiovasculares, que se encuentran entre las 10 primeras causas de mortalidad anual en el país, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).


“Es una preocupación muy grande, en un país con 75.2 por ciento de población con exceso de peso, sobre todo en este tiempo de pandemia ya que los casos más graves y el impacto de letalidad por COVID-19 es muy alta en quienes tienen diversas comorbilidades relacionadas con la obesidad”, indicó.

Señaló que el virus va a seguir presente por mucho tiempo, por lo que en este regreso escalonado a la vida activa es necesario procurar un sustento más sano, que fortalezca el sistema inmunológico y optar por grupos de alimentos, ricos en nutrimentos esenciales como es el caso de los cereales integrales y leguminosas o las frutas y verduras que generalmente se olvida incluir.


“Las leguminosas como frijol, lenteja, haba y soya aportan gran cantidad de vitaminas, minerales y proteínas de origen vegetal, cruciales para una adecuada nutrición, además que también proporcionan una buena cantidad de fibra, que contribuye a la formación de una microbiota saludable con múltiples efectos positivos sobre el sistema inmunológico”, detalló la Maestra en Ciencias de la Salud por la Escuela Superior de Medicina (ESM) del IPN.


“La vitamina C, carotenoides y licopenos son antioxidantes fundamentales para disminuir la frecuencia, duración y severidad de infecciones de vías respiratorias. También es importante tomar en cuenta que para activar la vitamina D en nuestro organismo son necesarios los rayos solares, por lo que es recomendable exponerse a la luz del sol de 15 a 20 minutos diariamente antes del mediodía. Esta vitamina tiene un efecto regulador sobre varios componentes del sistema inmunológico, además que su deficiencia ha sido relacionada a un mayor riesgo de severidad por COVID-19”, alertó.


Información: unamglobal.com

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