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Cansancio y “niebla cerebral, los síntomas persistentes de COVID-19 que más preocupan

Redacción Cultura Vital

La lista de enfermedades persistentes de COVID-19 es más larga y variada de lo que la mayoría de los médicos podrían haber imaginado. Las secuelas reportadas en todo el mundo incluyen fatiga, latidos cardíacos acelerados, falta de aliento, dolor en las articulaciones, pensamiento confuso, pérdida persistente del sentido del olfato y daños en el corazón, los pulmones, los riñones y el cerebro.


Diferentes estudios rastrean diversas manifestaciones y siguen a los sobrevivientes durante diferentes períodos de tiempo. Así comenzó a explicar el médico neurólogo Conrado Estol (MN 65005), quien ahondó: “El ACE2 regula los efectos de una hormona llamada angiotensina II, que aumenta la presión arterial e inflamación causando daño en los tejidos. Cuando el virus que causa COVID-19 se une al ACE2, impide que este regule los efectos negativos de la angiotensina II y esto lleva al daño celular”.


El problema -según Estol- “es que casi todos los órganos y todo el sistema circulatorio del cuerpo tiene receptores ACE2 lo que explica que el virus cause lesiones en diferentes órganos y en el sistema circulatorio”.


Entre un 10 y 30% de los pacientes que tuvieron la infección pueden desarrollar un cuadro crónico que se manifestará según el órgano comprometido.


Un estudio publicado en la revista JAMA evaluó con resonancia magnética cardíaca a 100 pacientes 70 días después de tener COVID-19 (sólo el 30% de los pacientes había requerido internación). Se encontró algún tipo de alteración cardíaca en el 80% y signos de miocarditis (inflamación del músculo cardíaco) en el 60%.


Otros pacientes refirieron dificultad respiratoria y fatiga rápida al hacer actividades de la rutina diaria, que se atribuyó a la presencia de compromiso pulmonar persistente detectado en imágenes del tórax. “Además, otros estudios confirmaron fibrosis pulmonar que es improbable que pueda revertir con el tiempo”, aseguró el neurólogo, quien agregó que “en los riñones se identificaron lesiones en los túbulos donde se filtra la sangre para formar orina y esto se expresa con una insuficiencia renal”.


“Una proporción importante de pacientes describió trastornos neurológicos persistentes manifestados por debilidad de brazos o piernas como secuela de la inflamación de nervios (causada por el llamado síndrome de Guillain-Barre y por mononeuritis multiplex),


El síntoma más persistente y más desconcertante parece ser la fatiga, pero los investigadores advierten sobre llamarlo síndrome de fatiga crónica, ya que “ese es un diagnóstico específico”. “Es posible que tengan fibrosis en los pulmones, y eso los hará sentir fatigados; podrían tener una función cardíaca deteriorada, y eso hará sentir fatigado”. Intentar rastrear los síntomas hasta su origen es fundamental para comprenderlos y finalmente manejarlos, coinciden los que saben.


A casi cinco meses de declarada la pandemia por coronavirus por parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS), y en un contexto dinámico en el que todo lo que se sabe de la enfermedad es sobre la base de la casuística del momento, evitar que más personas puedan desarrollar un cuadro de COVID-19 crónico es otra muy buena razón para controlar esta pandemia lo más rápidamente posible.


información: infobae.com

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